Empecemos por lo básico. Los que me conocen saben que soy excesivamente escéptico. Los que me conocen mejor saben que lo soy sin llegar al fanatismo. El último post de La Ciencia por Gusto presenta tres casos en los que la reacción del público informado es diferente:
- La grafología presentada como ciencia en un programa de radio.
- La publicación de un estudio que muestra que el consumo de alcohol es más dañino que el de heroína y cocaína.
- El descubrimiento de un planeta de origen extragaláctico (que no es lo mismo que un planeta en otra galaxia, como claramente explica Phill Plait).
Los ejemplos mencionados ilustran un continuo interesante: hay temas en los que el escepticismo es fácil y no requiere demasiado conocimiento y dedicación. La grafología puede ser un ejemplo de esto. Creer que la forma en que alguien escribe denota su personalidad al grado de poder decidir si es alguien adecuado para ocupar determinado puesto de trabajo puede conducir a cometer errores graves y de consecuencias importantes, como para aceptar una afirmación así sin contar con un fuerte respaldo experimental concluyente.
Sin embargo hay temas en los que no es tan fácil tomar una postura fuera de las consideraciones personales, como los mismos comentarios del post citado demuestran. El estudio citado puede respaldar la dedicación de recursos a investigaciones más profundas, pero no a promover la prohibición del consumo de alcohol o a permitir el consumo de heroína y cocaína.
En el escepticismo "difícil" hay temas tan importantes como el del cambio climático, en el que las decisiones importantes se toman a nivel mundial y las consecuencias de equivocarse en cualquier dirección pueden ser muy graves, además de que la abstención de una toma de postura por parte de los gobiernos nacionales es en sí una decisión de consecuencias importantes.
Parecería que como sociedad deberíamos ser capaces de aceptar un cuerpo de conocimiento básico en el que el escepticismo en temas fáciles fuera la regla, y que la discusión de lo que debemos discutir y analizar con mayor detalle se limitara a los temas verdaderamente complicados como las políticas públicas sobre las sustancias peligrosas o las medidas necesarias o no para evitar los peligros del calentamiento global.
Sin embargo esto no es así. Los temas en los que es fácil ver de qué lado está la realidad siguen en discusión porque el escepticismo fácil no parece ser algo tan claro para todos. Ni siquiera para una masa crítica de opinión pública que pueda inclinar la balanza hacia decisiones públicas basadas en evidencia. Como ejemplo, acabo de recibir un correo electrónico en el que se suscriben (sin saberlo, espero) las opiniones de una persona que insiste en respaldar las pseudociencias y en descartar los conocimientos basados en evidencia. El texto del correo que recibí se puede leer en varios sitios, como por ejemplo aquí. Se trata de una persona que abomina de práctica médica científica y recomienda no recurrir a ésta (salvo en casos extremos), haciendo afirmaciones como las siguientes:
Sobre las medicinas alternativas:
“Respetan más el organismo que la medicina industrial, desde luego: homeopatía (¡será la medicina del siglo XXI!) acupuntura, fitoterapia, reflexoterapia, masoterapia...la practica del yoga..la meditacion .. Son más baratas...y menos peligrosas.”
Tal vez estas prácticas sean muy baratas e inocuas, pero no curan nada, o por lo menos nada que pueda ser sometido a pruebas clínicas. Por lo menos la homeopatía no ha demostrado dar mejores resultados que los placebos (no lo digo yo, lo dice la asociación médica británica). La acupuntura sólo ha probado cierta eficacia para tratar algunos problemas muy específicos sin que los resultados hasta ahora puedan considerarse concluyentes, como por ejemplo para reducir el dolor lumbar agudo con resultados que no son significativamente mejores a los de los las terapias de masaje. El yoga y la meditación son prácticas saludables pero no son más medicinas que el acto de caminar, descansar o hacer ejercicio físico.
Sobre la medicina industrial:
“Lo que hará seguro es envenenarte con cócteles químicos, quemarte con radiaciones, mutilarte con extirpaciones… ¡Y, encima, cada día aparecen más cánceres! ¿Por qué? Porque la gente vive olvidando su alma (que es divina): la paz de tu alma será tu salud, porque tu cuerpo es el reflejo material de tu alma. Si te reencuentras con tu alma, si la pacificas…, ¡no habrá cáncer!”
…si un hijo suyo tuviese un cáncer, ¿qué haría usted?
–Alimentaría su fe en sí mismo: eso fortalece el sistema inmunitario, lo que aleja al cáncer. ¡El miedo es el peor enemigo! El miedo mina tus autodefensas. ¡Nada de miedo, nada de sumisión al cáncer! Tranquilidad, convicción, delicadeza, terapias suaves...
Esto merece puntos extra ¿Qué hay de los niños recién nacidos con enfermedades graves como cáncer o epilepsia? ¿También son culpables de su cáncer o de sus ataques epilépticos? ¿Fallaron en tener fe y deben agradecerle el sufrimiento a su alma?
Sobre las vacunas:
“…por si acaso, pongámonos vacunas.
–¡No! Las fabrican con células ováricas de hámster cancerizadas para multiplicarlas y cultivarlas en un suero de ternera estabilizado con aluminio (eso la dela hepatitis B , con su virus): ¿inyectaría usted eso a sus hijos?
Les he hecho inyectar ya varias...
–Y yo a los míos: fui médico, y por entonces no sabía aún todo lo que hoy sé... ¡Pero hoy mis hijos no vacunan ya a sus hijos!
Yo creo que seguiré vacunándolos...
–¿Por qué? La medicina actual mata moscas a martillazos: no siempre muere la mosca, pero siempre rompe la mesa de cristal. Son tantos los dañinos efectos secundarios...”
–¡No! Las fabrican con células ováricas de hámster cancerizadas para multiplicarlas y cultivarlas en un suero de ternera estabilizado con aluminio (eso la de
Les he hecho inyectar ya varias...
–Y yo a los míos: fui médico, y por entonces no sabía aún todo lo que hoy sé... ¡Pero hoy mis hijos no vacunan ya a sus hijos!
Yo creo que seguiré vacunándolos...
–¿Por qué? La medicina actual mata moscas a martillazos: no siempre muere la mosca, pero siempre rompe la mesa de cristal. Son tantos los dañinos efectos secundarios...”
Suponiendo que no tuviéramos suficiente evidencia demostrando la incidencia de enfermedades que se han reducido significativamente por medio de las campañas de vacunación ¿Dónde está la lógica de comparar la vacunación con dar martillazos para matar moscas? ¿Ha visto que vacunen a alguien con un martillo? La realidad es que habla sin evidencias. En tiempos recientes, en Estados Unidos ha habido un fuerte activismo referente a la relación entre las vacunas y el autismo, basado en un único estudio publicado en una revista seria, del cual la misma revista (The Lancet) ya se retractó.
Los sitios que citan esta entrevista y los comentarios a la misma que veo en esos sitios carecen de toda crítica y eso me preocupa ¿Cómo puede una sociedad en la que el conocimiento respaldado por evidencias es confundido con la charlatanería enfrentar decisiones informadas en temas tan difíciles y delicados como es el del calentamiento global?
Mi querido Toñejo... es un placer volver a leerte... y sobre todo "en tu mero mole"...
ResponderEliminarNo creo en la medicina alternativa.... y lo grave de la medicina convencional es que también hay pésimos médicos a los que les deberían quitar la licencia... después de dos años de un largo peregrinar de especialista en especialista me acaban de diagnosticar... (2 años perdidos)... ni modo...
Ya nos veremos por aquí!!!!
Besos
W: Sí, hay pésimos médicos como hay pésimos ingenieros y pésimos abogados. El problema con la medicina alternativa es que no funciona aunque los médicos alternativos sean los mejores en su género.
ResponderEliminarBienvenida y pásele a lo barrido.
Un abrazo.