Del libro "Académicos Invisibles" de Terry Pratchett (que hace poco fue diagnosticado con Alzheimer y ahora experimenta en carne propia el mal del universo). Dicho por el personaje Havelock Vetinari:
Esto se lo he contado a pocas personas, caballeros, y sospecho que a nadie más se lo volveré a contar, pero, un día, cuando yo era un joven muchacho de vacaciones en Uberwald, iba caminando por la orilla de un arroyo cuando vi a una nutria hembra con sus cachorros. Estarán de acuerdo en que es una imagen encantadora y, mientras miraba, la madre nutria se sumergió en el agua y volvió a surgir, con un gordo salmón entre las fauces, al cual sometió y arrastró hasta ponerlo sobre un tronco semi sumergido. A medida que lo devoraba, mientras, por supuesto, seguía vivo, el cuerpo del salmón se abrió y recuerdo hasta este día el dulce color rosa de sus huevos mientras se derramaban, para deleite de las nutrias bebé, que se apresuraron a consumir tal manjar. Una de las maravillas de la naturaleza, caballeros: madre e hijos alimentándose con una madre y sus hijos. Y así fue como por primera vez aprendí sobre el mal. Es parte integral de la naturaleza del universo. Todos los mundos giran en sufrimiento. Si es que existe algún tipo de ser supremo, me dije a mí mismo, corre por nuestra cuenta volvernos moralmente superiores a él.
Esto se lo he contado a pocas personas, caballeros, y sospecho que a nadie más se lo volveré a contar, pero, un día, cuando yo era un joven muchacho de vacaciones en Uberwald, iba caminando por la orilla de un arroyo cuando vi a una nutria hembra con sus cachorros. Estarán de acuerdo en que es una imagen encantadora y, mientras miraba, la madre nutria se sumergió en el agua y volvió a surgir, con un gordo salmón entre las fauces, al cual sometió y arrastró hasta ponerlo sobre un tronco semi sumergido. A medida que lo devoraba, mientras, por supuesto, seguía vivo, el cuerpo del salmón se abrió y recuerdo hasta este día el dulce color rosa de sus huevos mientras se derramaban, para deleite de las nutrias bebé, que se apresuraron a consumir tal manjar. Una de las maravillas de la naturaleza, caballeros: madre e hijos alimentándose con una madre y sus hijos. Y así fue como por primera vez aprendí sobre el mal. Es parte integral de la naturaleza del universo. Todos los mundos giran en sufrimiento. Si es que existe algún tipo de ser supremo, me dije a mí mismo, corre por nuestra cuenta volvernos moralmente superiores a él.
Que buena cita. Es interesante como el cristianismo en la práctica nos conmina a buscar la perfección de Dios sabiendo de antemano que es una tarea imposible, y sin embargo la vista de la naturaleza nos muestra que ningún dios debe ser nuestro objetivo de moralidad pues, sería un objetivo muy pobre (y al dios del antiguo testamento hace tiempo que lo superamos).
ResponderEliminarUn abrazo.