Con esa frase le dice Woody a Buzz Lightyear que no es cierto que tenga la capacidad de volar en la película “Toy Story” y con esa frase se puede ilustrar la diferencia entre “volar” y “caer” como la analogía que el escritor Daniel Quinn usa para explicar el peligro en que se encuentra la especie humana toda al confundir “desarrollo” con “deterioro” en su libro “Ishmael”. La explicación de Quinn se basa en una analogía entre la falta de conocimiento de las leyes de la aeronáutica y su equivocada aplicación que por fuerza conducirá a una caída con doloroso impacto, y la falta de conocimiento de nuestra civilización actual sobre las leyes que gobiernan el equilibrio ecológico en nuestro planeta, falta de conocimiento que inevitablemente conducirá a la incorrecta aplicación de políticas que nosotros consideramos de desarrollo y que en realidad (a la luz de esas leyes) cada día nos aproximan más a un doloroso desastre final.
Hace tiempo mantuve contacto esporádico con Joel Montes, quien comentó en el blog Libre Pensar en el post “Los antiguos mayas no eran tan sabios” y que promueve de una manera un tanto informal (ya que sólo lo hace ofreciendo archivos con los libros) la obra del antes mencionado Daniel Quinn. En esa época le tomé la palabra a Joel y leí el libro. Tiempo después me escribió pidiéndome mi opinión sobre el mismo y le di una respuesta, luego de lo cual quedó claro que nuestra forma de percibir la obra de Quinn era algo diferente. Joel respalda al 100% las opiniones y recetas de Quinn mientras que yo observo que tiene razón en muchas cosas, entre ellas el énfasis en la importancia de hacer prioritaria la conservación de la biodiversidad y asegurar la preservación y el uso racional de los recursos naturales disponibles, así como la fuerza con que defiende el punto de vista de que la especie humana es sólo una más en un complejo sistema cuyo equilibrio requiere respetar las premisas que en primer lugar hicieron que este sistema pudiera funcionar durante miles de años antes de que el ser humano existiera y durante la mayor parte de la vida de la especie humana. Sin embargo hay aspectos del libro que no me convencen, entre ellos las afirmaciones de que:
- La humanidad toda comparte el mito de que nuestra especie es la cumbre de la creación y está destinada a la conquista del universo. Para expresar este punto insiste una y otra vez en que estamos enajenados por la cultura madre y que se requiere un cambio radical de paradigmas para poder resolver nuestros problemas en oposición a la aplicación de mejoras progresivas en nuestra forma de vida.
- La civilización basada en la agricultura y en la industria no es sostenible a mediano plazo, si se la compara con las sociedades de nómadas cazadores-recolectores que vivieron antes que nosotros. Incluso recurre a hacer una serie de analogías entre la historia humana primitiva y el génesis bíblico para ilustrar este punto.
- El ser humano es el único animal que pretende vivir sin respetar las leyes de competencia limitada, que en términos generales consisten en permitir competir entre especies (e individuos) por los recursos pero no permite acaparar recursos ni aniquilar a sus competidores por esos mismos recursos.
Confieso que sólo leí Ismael hace tiempo y no he vuelto a intentar leerlo ni seguir con otros libros de Quinn, por lo que mi opinión al momento se basa en lo poco que conozco de él y en conceptos a los que he llegado por mí mismo o por otros autores.
El libro está escrito en forma de diálogo novelado entre el narrador, inconforme con el mundo tal cual es, y un maestro que aparece en el momento más oportuno para guiar su pensamiento por el camino correcto. El estilo es interesante en un principio, pero llega un momento en que se siente la molestia de estar leyendo en las palabras del narrador una serie de hombres de paja prefabricados para comodidad de la refutación del maestro, lo cual me hizo pensar que el objeto de los ataques dialécticos de Ishmael (que así se llama el maestro) no es ninguno de mis puntos de vista, sino los puntos de vista de un ente imaginario absurdamente fácil de refutar. Sin embargo y aun con todo lo anterior, la dura refutación del imaginado punto de vista de la cultura actual no conduce en forma lógica a la inevitabilidad de las leyes de competencia limitada de Ishmael más que como un mágico recurso literario.
Recientemente en el post “Y hay quien dice que la modernidad es mala” de Ribozyme (aquí en los Zombis), Joel comentó acerca de la visión parcial que ofrece el videos de Hans Rosling acerca de la verdadera situación actual y lo equivocado que puede resultar un diagnóstico basado en una interpretación con tal sesgo optimista. Después de la respuesta de Ribozyme y de la mía (que se pueden leer en el post ya mencionado), Joel no pudo seguir comentando por culpa del duende que de manera inesperada suele causar problemas al momento de escribir comentarios, por lo que me envió un correo cuyo contenido copio y pego a continuación con el permiso del mismo Joel y con la intención de continuar la polémica:
Fíjate que por alguna razón el Openid me asignó ese raro identificador y después quise volver a poner otro comentario aclarando quien soy (Joel …) y la otra parte de mi respuesta pues en el primer comentario solo me aparece la segunda mitad de lo que había escrito.
Con respecto a que prefieres que dé mi punto de vista de lo que se dice y no sobre lo que no se dice, lo respeto pero no lo comparto pues ése es precisamente un punto importante para demostrar que una visión limitada hace imposible el desarrollo de propuestas verdaderamente útiles.
Resulta lo mismo con el tema del cambio climático, analizar el problema sin salirse del paradigma de la excepcionalidad humana es entrar al juego del perro persiguiéndose la cola.
Otro ejemplo de visión limitada sería equiparar la pérdida de biodiversidad y su terrible impacto a la posibilidad de supervivencia de la raza humana en un futuro con algo como las muertas de Juárez y aunque suene muy frío e insensible, lo digo en el sentido de que hay que distinguir cuáles problemas constituyen un origen y cuáles solamente efectos.
Es por eso y únicamente por eso que les recomendé a ambos adentrarse a la obra de Quinn y analizarla bien a fondo, con todo el escepticismo del que sean capaces porque a final de cuentas el verdadero escepticismo no debe tener ningún tema taboo, ni siquiera el concepto de civilización o la excepcionalidad humana y sus efectos.
Me dirigía a Ribozyme porque ya había tenido algún intercambio con él en el blog libre pensar y sólo ahora que encontré este blog quise reabrir el tema. También me dirijo a él porque a pesar de que estoy de acuerdo en algunas cosas, creo que su visión tiene algunas de las mismas limitantes que no le permiten a la mayoría de las personas que concentran un mayor poder el tomar las decisiones adecuadas y orientadas a que perdure la raza humana.
Muchas personas quieren reducir el debate a decir que o somos nosotros o los animales, o no vamos a dejar de crecer o progresar por salvar unos cuantos leones u osos polares. Y esta postura (básicamente una falsa dicotomía) se debe principalmente a que muchas personas no tienen una idea de cuánto dependemos de la biodiversidad y los ecosistemas, que protegerlos es por el bien de nosotros mismos.
Algunos ejemplos de qué tan dependientes somos son: simplemente aproximadamente el cincuenta por ciento del oxígeno en el planeta proviene del fitoplancton, que son seres vivos unicelulares que viven en los océanos y son la base de la cadena alimenticia en las aguas. Las frutas que contienen las vitaminas necesarias para el buen funcionamiento de ti, Ribozyme y un servidor son el producto de la labor de polinización que llevan a cabo insectos y algunas aves. Las bacterias hacen posible la recomposición de nutrientes en los suelos y nuestra adorada agricultura. Además existen enfermedades e infecciones que no le llegan al ser humano con tanta frecuencia gracias a la cantidad de especies intermediarias que nos separan de la fuente.
Es por eso que cualquier cosa que afecte a los ecosistemas que soportan a dichas criaturas nos afecta directamente a todos nosotros. Y el ritmo al que desaparecen especies todos los días, es cuestión de tiempo para que algún elemento clave en el funcionamiento de dichos sistemas desaparezca. Es jugar a la ruleta rusa pero con la pistola apuntando a la cabeza de todos y cada uno de nosotros.
¿Empieza a parecer sesgado e incompleto el no incluir datos de extinciones y perdida de recursos en gráficas cuya intención es proporcionar una idea clara del estado actual de las cosas y las tendencias hacia el futuro o todavía no? ¿Parece al menos relevante el tan siquiera notarlo o cuestionarlo?
Bueno, ese es mi comentario al tuyo y la parte faltante del comentario original para Ribozyme la anexo al final.
Saludos.
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Ribozyme:
Trataré de contestarte punto por punto.
Primero que nada una disculpa, no me di cuenta que el OpenId me puso ese extraño identificador. Soy Joel …, la misma persona que comentaba en el blog de libre pensar.
Acerca del prmer video: si te fijas el Sr. Rosling trata el tema de la emisión de dióxido de carbono durante algo menos de tres minutos, un poco más del tiempo que le toma enseñarnos que puede tragarse una espada entera.
Tomando en cuenta que el video dura casi 21 minutos, pero sobre todo la cantidad de videos que tiene disponibles el señor, me parece bastante desproporcionado tomando en cuenta que la emisión de dióxido de carbono no es ni el único ni el mas grande de los daños que nos estamos haciendo a nosotros mismos.
En el segundo video seguimos teniendo el mismo problema, es imposible tratar el tema de la población y estimar que vamos a pasar de 7 a 9 billones de habitantes pensando que solo se necesita mejorar las condiciones de vida de los más pobres. También es necesario mostrar que para crear dos billones de personas es necesario acabar con más hábitats, acaparar más recursos como el agua y a final de cuentas disminuir aún más la biodiversidad.
Que tu visión se encuentre limitada a la falsa dicotomía hombre vs resto de especies al igual que Hans Rosling (que lo demuestra omitiendo datos y tendencias acerca de la espectativa de vida de esas otras vidas) sólo me demuestra que desconoces el papel que tiene la biodiversidad en todos y cada uno de los seres vivos incluyendo el hombre. Es desconocer a qué debemos agradecer nuestro orígen, nuestra permanencia y a qué podríamos agradecer nuestra cada vez más lejana e improbable evolución.
La intención de publicar esto es, como expresé arriba, continuar la polémica acerca de las ideas de este autor. Considero que ya dí mi opinión, por lo que dejo mi respuesta específica a lo último para los comentarios o para futuras entradas.